jueves, 24 de noviembre de 2011

Actualmente las microfinanzas se han convertido en una parte importante de la política económica y de desarrollo del Estado, las microfinanzas crean no solo un reto para el sistema bancario tradicional, el cual ha tenido que adecuarse rápidamente a ello con mayor o menor éxito; sino que al mismo tiempo abre una oportunidad de negocios interesante y rentable para instituciones financieras especializadas en este tipo de negocios. Por ser las microfinanzas un sector que requiere una experticia y una metodología particular y de manejo distinto al formal y tradicional bancario; la banca venezolana hasta el momento no cuenta con la experiencia, conocimiento y especialización que le haya permitido atender adecuadamente este segmento bastante amplio de la población y que en su gran mayoría no está "bancarizado". Los clientes de las microfinanzas son todos aquellos emprendedores, empresarios "autoempleados" de bajos ingresos tanto en áreas urbanas como rurales; en la gran mayoría de los casos: comerciantes, vendedores con pequeños puestos, pequeños agricultores, proveedores de servicios, pequeños productores, artesanos, todos con un alto nivel de informalidad. También se incluyen aquí los graduados universitarios y técnicos superiores con proyectos e iniciativas empresariales.






Mercado potencial

De acuerdo a la CGAP "Inventario de las Instituciones en Microfinanzas en América Latina" (Washington, DC, 1999, anexo 1), la región del Grupo 3, conformada por Venezuela, Argentina, Uruguay, Brasil y México posee el mayor potencial de la región latinoamericana. De acuerdo a la "distribución del suministro y demanda del crédito microempresarial en América Latina", los potenciales clientes de este segmento se estiman en unos 7 millones de personas, de los cuales los clientes servidos en esta región 3 no sobrepasan los 500.000 clientes.

En el caso de Venezuela, el potencial es enorme. Si ha esto le agregamos, un estudio reciente que mide a nivel mundial la voluntad de emprender un negocio a través de un "índice de emprendimiento"; los venezolanos se clasificaron de acuerdo a las últimas mediciones, como el país con el más alto porcentaje de voluntad emprendedora a nivel mundial. Esto reafirma que el potencial de captación y crecimiento de este segmento para bancos especializados en microfinanzas es inmenso.

No obstante, que en el país contamos con un buen sistema financiero tradicional, la competencia en esta área de negocios, como es el de las microfinanzas, está prácticamente virgen, ya que la banca tradicional no está en su gran mayoría preparada para servir un segmento y área de negocios nueva y que requiere de manejos distintos a la de la gran banca. En consecuencia, instituciones especializadas en las microfinanzas y en la asistencia a emprendedores tienen un potencial de desarrollo y crecimiento enorme. El manejo de una institución microfinanciera requiere de un esquema operacional y de negocios poco convencional, cuando se compara con el manejo de una institución financiera tradicional.

Por el hecho de que su nicho de mercado es un sector de la población de bajos recursos económicos, con poca o ninguna relación bancaria, carecen en su mayoría de referencias crediticias y comerciales y de documentación formal; el tratamiento, análisis, mercadeo y comercialización y productos financieros y de inversión requerirá de sistemas, operatividad y políticas que se amolden a las características y necesidades muy particulares de este segmento del mercado. Es por ello, que un sistema microfinanciero eficiente, rentable y abierto, como sucede en otros países latinoamericanos debe establecerse en Venezuela; y en este sentido, la Superintendencia de Bancos debe cumplir una labor fundamental en la promoción y establecimiento de estas nuevas instituciones microfinancieras, abriendo la participación a nuevos emprendedores con la capacitación profesional, innovación, creatividad y la experiencia necesaria para llevar adelante y con éxito estas iniciativas.

El desarrollo de estas nuevas instituciones debe dársele todo el apoyo posible. Si tomamos los casos de países latinoamericanos como: Colombia, Ecuador; Perú, vemos como estos países con menores recursos que el nuestro han desarrollado unos sistemas de microfinanzas bien avanzados y rentables. En el caso colombiano, por ejemplo, TheWoman World Bank ha creado un modelo de negocios extraordinario, rentable y con un alcance en los estratos más bajos y más urgidos de la población. Al mismo tiempo esta institución no solo participa por el lado de los pasivos sino también de los activos ya que son instituciones financieras que brindan y ofrecen productos dirigidos a su mercado objetivo, como por ejemplo: previsionales, cuentas de ahorro, créditos educativos, de vivienda, líneas rotatorias entre otras. Son verdaderas instituciones financieras dirigidas al mercado con menos recursos. Esto no significa que por ello no sean rentables y eficientes. Cuando se les compara con instituciones tradicionales con mucho más capitalización y número de empleados, vemos a nivel regional que muchas de ellas son incluso más rentables que las grandes instituciones en términos de rentabilidad /activos y patrimonio.

Lo que derrumba el mito de que el mercado de las personas con menores recursos no es un mercado atractivo.

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